Una crisis alimentaria es la falta de comida en cantidad o calidad para satisfacer las necesidades de un país o población.
En el 2019, alrededor de 135 millones de personas se encontraban en esta situación. En México más de 1 millón de personas muere cada año por desnutrición, (Esanut 2015)
¿A qué se debe una crisis alimentaria?
- Desde el 2008 se ha registrado un notable incremento en el precio de los alimentos a nivel mundial.
- Diversos países han perdido la capacidad de producir sus propios alimentos, así que su producción local no cubre su consumo.
- Las tierras que antes producían alimentos ya no son suficientes y muchas de ellas son dedicadas a agrocombustibles o a animales de crianza.
- La industria ganadera consume un 60% de los cultivos vegetales existentes.
- Cada día somos más. La ONU estima que la población mundial aumenta unos 84 millones de personas por año.
- Según la FAO en 2050 seremos alrededor de 12 mil millones de personas, actualmente somos casi 8 mil millones de personas en el mundo. Jamás hemos sido tantos humanos en el planeta y en 30 años seremos un 30% más.
La población crece de manera tan desmedida que genera un desbalance en la naturaleza, creando diversos retos como vivienda, contaminación, vestimenta, tecnología, entre otros; sin embargo, el alimento es la base de nuestra salud.
Nuestra supervivencia, la producción y calidad de lo que ingerimos está en riesgo.
Para evitar una crisis alimentaria mucho más grave de la que ya se vive es necesario modificar nuestros hábitos de consumo y nunca debemos olvidar un proverbio chino:
“No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos”
¿Qué podemos hacer?
- Consumir alimentos sin pesticidas en sus campos
- Tener un huerto urbano.
- Reciclar plástico, para evitar que vaya al basurero o al mar.
- Hacer composta con nuestros desperdicios
- Cambiar nuestra dieta a un modelo más sustentable
Todos podemos al menos una actividad que nos ayude a nuestra salud y al medio ambiente al mismo tiempo y eso significa comer de manera sustentable. No es por salvar un bosque lejano que no conocemos, se trata de recuperar nuestra conexión con la naturaleza y respetarla al respetar nuestro cuerpo.